"Tengo grabadas en la mente las noches de silencio en el desierto, tumbada al lado de mi abuela, escuchando sus relatos. Me hablaba de cómo llegaron a ese inhóspito lugar: primero las mujeres solas —los hombres estaban en el frente de batalla. Ellas cavaron los primeros pozos de agua y sus melfas (los largos velos de las mujeres saharauis) sirvieron de jaimas, hasta que levantaron las primeras construcciones de adobe. Siempre me recuerda con una sonrisa heroica que la escuela donde estudié lleva su huella."
Esta es una historia de una mujer saharaui en primera persona que no debes perderte.
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